Gaia I

Cuando abrió los ojos, no reconocía el sitio. La luz, como de atardecer, atravesaba el cristal de la ventana. Se miró al espejo. No se reconoció. La persona que tenía delante no era ella. La piel blanca, las ojeras, el pelo negro... ¿Quien ea esa chica que le devolvía la mirada con esos ojos? Parecía que podías perderte en ellos.
-Esa no soy yo -Dijo con un susurro. Hasta la voz era diferente. Reecordaba haber sido poderosa en otra vida ¿Que había pasado? No recordaba nada ¿Quien era? ¿Donde estaba? La cabeza empezó a dolerle. La chica intentó salir de la habitacion, pero la puerta estaba cerrada con llave. En ese momento, reparó en una cosa. Aunque no había luz, podía "ver" perfectamente donde estaban las cosas. Se derrumbó. Arrodillada en el suelo, llorando a lagrima viva, sólo pudo preguntar:
-¿Quien soy?

Y dejó que la oscuridad se la llevara.

En otra habitación, dos hombres vestidos con batas de dientifico observaban las imágenes que les llegaban desde la habitación de la chica.
-Entonces, ¿no recuerda quien es? -preguntó el más mayor. Las arrugas de su rostro la hacían aparentas más de 60.
-Eso parece, Maestro -el joven aprendiz hablaba con una mezcla de miedo y respeto-. No sabemos que ha causado esto ¿Que haremos ahora?
El anciano se quedó pensativo.
-Lo que hemos hecho durante generaciones, hijo. Protegerla.