Prospero:Esa cruz que llevas alrededor el cuello, ¿es mera decoración o de verdad eres una Cristiana devota?
Francesca:Sí, creo... de verdad.
Prospero:¡Entonces quiero que te la quites de inmediato! ¡Y nunca te la vuelvas a poner en este castillo de nuevo! ¿Sabes como se adiestra a un halcón, querida? Se le cierran los ojos. Cegada temporalmente sufre en silencio por su Dios con pacientemente, hasta que pierde la voluntad y aprende a servir, al igual que tu Dios te ha enseñado y cegado con cruces.
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